martes, 25 de noviembre de 2014

Un cerebro para Calone (Un cerveau pour Calone). Alain Page


Novela de Alain Page (n. 1930) publicada  en 1966 por la editorial francesa Fleuve Noir en su colección Espionnage con el número 551. La cubierta es de Michel Gourdon.

El veterano agente secreto Nicolas Calone del Centro de Información Económica y Geográfica (en realidad una agencia encubierta del servicio secreto francés) recibe la orden de su jefe Costes de someterse a un reciclaje urgente. Según Costes, todo ha cambiado en el mundo del espionaje en los últimos años (pensemos que estamos a mediados de los 60 y que hacía furor la moda James Bond) y los métodos y maneras de actuar de los agentes deben actualizarse. Calone es enviado a una base secreta del ejército cerca de París para someterse a este curso de reciclaje, donde deberá entrar en contacto con el nuevo mundo de los ordenadores (gigantescas máquinas IBM de la época con tarjetas perforadas). Tras someterse a numerosos cursillos de todo tipo, complicados entrenamientos y sobre todo a tests psicológicos, el ordenador de la base decidirá si Calone es apto para el servicio.

En realidad, casi todos los agentes que están realizando el cursillo son escépticos al respecto, aunque algunos lo pasan bastante mal. Uno de ellos, Naudin, parece saber cosas bastante más inquietantes. Por ejemplo, que la mayoría de agentes que han sido sometidos a este reciclaje, luego han muerto en el transcurso de alguna misión. Calone empieza a sospechar que algo se esconde detrás de todo esto y que su jefe le ha enviado allí para algo más que para reciclarse. Por otra parte, en encargado de los cursos, el teniente Le Gall, no contribuye a tranquilizar el ambiente y parece estar vigilando a Calone todo el rato como si sospechase algo de él.

Una noche, Calone es atacado en su propia habitación de la base y casi es asesinado a no ser por la intervención de un desconocido. El coronel de la base, Schaeffer, se sincera con Calone y reconoce que es cierto el rumor de la muerte de la mayoría de agentes salidos del curso de reciclaje. El coronel le pide abiertamente a Calone que investigue el asunto y descubra a los causantes del sabotaje mortal. A partir de allí, Calone se ve metido en un juego mortal en donde la verdad y la mentira parecen mezclarse sin límites definidos y donde no puede fiarse de nadie y mucho menos de Le Gall y tal vez del mismo Schaeffer. Por otra parte, el agente Naudin aparece muerto en un hotel de París después de citarse con Calone. En su bolsillo hay una tarjeta perforada de ordenador.

Calone sólo contará en la base con la ayuda de Sophie Legendre, una colega del servicio secreto, a la que Le Gall pretende utilizar para vigilar a Calone. Éste caerá finalmente en una trampa para ser encerrado en una habitación especialmente habilitada para la tortura psicológica donde tendrá que recurrir a toda su fuerza de voluntad y experiencia para salir con bien de la situación. Si logra salir con bien de allí, tal vez descubra quien se esconde detrás del sabotaje que pretende acabar con el servicio secreto francés.

Una muy entretenida novela de Alain Page, donde por momentos el autor se acerca al universo de Kafka cuando somete a su personaje a una serie de situaciones donde la verdad, la mentira, lo irracional y lo incomprensible parecen mezclarse sin que las piezas encajen y no hay nada a lo que asirse. Por otra parte, la novela anuncia de algún modo una serie de televisión de culto de los años 60: El prisionero (The Prisoner) emitida entre 1967 y 1968, donde un agente secreto (Patrick McGoohan) es secuestrado y encerrado en una misteriosa población costera donde sus captores intentan averiguar por qué abandonó el servicio activo. Ambas son historias de espionaje mezcladas con elementos de ciencia ficción, alegoría y drama psicológico muy propios de la época. Por otra parte, Alain Page siempre consigue esa mezcla de novela de espionaje y novela negra que le caracteriza.

viernes, 14 de noviembre de 2014

El misterioso caso de Styles (The Mysterious Affair at Styles). Agatha Christie


El misterioso caso de Styles (The Mysterious Affair at Styles) es la primera novela de misterio de la novelista Agatha Christie (1890-1976). Fue escrita durante la Primera Guerra Mundial en 1916, y publicada por primera vez por John Lane en Estados Unidos en octubre de 1920 y en el Reino Unido por The Bodley Head el 21 de enero de 1921.
En España fue publicada por Editorial Molino en 1958 dentro de su colección Biblioteca Oro de bolsillo con el número 86. La traducción era de Stella de Cal y tenía 252 páginas. La misma editorial vuelve a publicarla en 1959 como el número 157 de Selecciones de Biblioteca Oro. Tenía 232 páginas.

Ésta fue la primera novela en que apareció su famoso detective de ficción Hercule Poirot, el inspector (más tarde inspector jefe) Japp y Arthur Hastings. Poirot, un refugiado belga de la Gran Guerra, se está asentando en Inglaterra, cerca de la casa de Emily Cavendish, quien le ayuda en su nueva vida. Su amigo Hastings llega como huésped a su casa. Pero cuando la mujer aparece muerta, Poirot usa sus habilidades de detective para resolver el misterio. Éste es también el escenario de Telón (Curtain), el último caso de Poirot publicado en 1975.

La historia comienza en Inglaterra durante la Primera Guerra Mundial en Styles Court, una casa solariega de Essex. Después de la muerte de su esposo, una rica viuda, Emily Cavendish, heredó la finca de Styles, así como la mayor parte de los bienes monetarios del difunto señor Cavendish. Al cabo de un tiempo, la señora Cavendish se convirtió en la señora Inglethorp al contraer matrimonio con un hombre más joven, Alfred Inglethorp. En la casa también viven los dos hijastros de Emily, John y Lawrence Cavendish, la esposa de John, Mary, y Cynthia Murdoch. John Cavendish es el heredero de la casa; es decir, la propiedad pasará a él después de la muerte de su madrastra, por voluntad de su difunto padre. Lawrence Cavendish también conseguiría una considerable suma de dinero. Pero el resto de la renta que dejó su difunto marido a la señora Inglethorp se distribuiría de acuerdo a su voluntad, que ella cambia al menos una vez al año aunque, si no hubiera modificaciones, heredaría su actual esposo, el señor Inglethorp. Cynthia, protegida del primer marido de la señora, trabaja durante la guerra en la farmacia de un hospital cercano.

Los habitantes de Styles se despiertan y ven a Emily Inglethorp morir envenenada por estricnina. Hastings pide ayuda a su amigo Hercule Poirot, que vive en el cercano pueblo de Styles St. Mary. Poirot intenta ordenar los acontecimientos que han rodeado el asesinato. El día que la mataron, se oyó a Emily Inglethorp discutiendo con alguien, ya fuese su marido Alfred o su hijastro John. Después pareció muy angustiada y, por lo que parece, hizo un nuevo testamento que nadie ha podido encontrar. Comió poco en la cena y se retiró a una hora temprana a su habitación donde guardó el documento en su escritorio. La cerradura de la puerta del mueble fue posteriormente forzada por alguien y el testamento eliminado. Pero aquel día, Alfred Inglethorp dejó Styles a una hora temprana y se quedó toda la noche en el pueblo cercano, por lo que no estaba presente cuando ocurrió el envenenamiento. Nadie se explica cómo o cuándo la estricnina fue administrada a la señora Inglethorp.
En un primer momento, Alfred es el principal sospechoso. Es quien tiene más a ganar financieramente con la muerte de su esposa y, ya que es mucho más joven que Emily, los Cavendish siempre han sospechado que se trata de un cazafortunas. Evelyn Howard, secretaria y amiga de Emily, parece odiarlo. El comportamiento del marido es sospechoso; compró abiertamente estricnina en el pueblo antes de que Emily fuese envenenada y se niega a proporcionar una coartada. El inspector Japp está dispuesto a detenerlo, pero Poirot inteviene demostrando que él no podría haber comprado el veneno. El inspector detiene a John Cavendish, ya que él hereda la casa según la voluntad de su padre.
Poirot hará todo lo posible para salvar al inocente John e identificar a los culpables de la muerte de Emily Cavendish.

jueves, 6 de noviembre de 2014

¡Volveré a por la estrella! A. Rolcest


Novela  de A. Rolcest (Arsenio Olcina Esteve, Alcoy, 1909-?) publicada en enero de 1966 por Editorial Bruguera dentro de su colección Bisonte con el número 941. La portada era de José Curtiella. Tenía 123 páginas y costaba 8 pesetas. Por lo que parece, nunca fue reeditada.

La población de Ribton tiene que elegir a un nuevo sheriff. El cacique local Edw Laird apoya sorprendentemente a Dix Moher, el hijo de un antiguo sheriff asesinado hacía cuatro años. Dix se niega rotundamente a presentarse a sheriff por considerar que Laird tuvo que ver con la muerte de su padre y éste tampoco recibió el apoyo de la población en ese momento. Una noche, un hombre herido llega a la cabaña de Dix. Se trata de Jason Marks, un presidiario al que alguien ha preparado su fuga de la cárcel. Marks le explica a Dix que hacía años participó en el robo de oro a una compañía minera. Marks escapó con todo el botín perseguido por sus compinches, pero logró enterrarlo todo cerca de la tumba del perro de su hijo adoptivo Benj. Marks dice que el único hombre que se portó bien con él en esa época fue el padre de Dix, el sheriff Merwin Moher. Le pide a Dix que busque a su hijastro Benj que está en la población de Baywall y que recupere el oro para devolverlo a la compañía. La recompensa por ello bastará para que Benj pueda recibir una educación conveniente y vivir holgadamente. Dix da su palabra a Marks, pero la llegada de los misteriosos perseguidores del presidiario hace que Dix tenga que escapar y Marks muere luchando con los pistoleros. Al día siguiente, el nuevo sheriff de Ribton, un tal Wiley, se presenta en la cabaña de Dix para arrestarlo por haber amenazado a Laird públicamente. Dix se las arregla para eludir la situación y, antes de marcharse, anuncia a todos que volverá a por la estrella de sheriff.

Dix llega a Baywall, donde súbitamente se ve mezclado en un altercado entre un vaquero y un niño al que acusa de querer robarle su caballo. Alois Tenney, la hija de un ranchero local, y Dix salen en defensa del pequeño. Este resulta ser Benj, el hijastro de Marks, que todos aquello años ha malvivido en el rancho del cacique local, Hym Eilton, que quería tener cerca de sí al niño por si podía darle información sobre dónde estaba el oro oculto por su padrastro. Dix se las arregla para que Eilton regale el caballo a Benj, tal como originalmente le había prometido, aunque tiene que acudir a la fuerza para ello.
Dix informa a Alois y a su padre de sus intenciones respecto al niño. Tal como prometió al presidiario, debe recuperar el oro para poder ayudar al niño. Entre todos los rancheros de la comarca organizan una gran manada de reses para llevarlas a vender a Darrow, ya que los precios que impone Eilton son abusivos. De paso, llegarán hasta la cabaña donde vivió Benj con su padrastro y allí el niño podrá indicar dónde está la tumba de su perro "Apache".
La manada dirigida por Dix tiene varias escaramuzas durante el recorrido. Los hombres de Eilton no dejan de hostigarlos, pero consiguen rechazarlos cada vez. Por fin, Dix, Alois y Benj consiguen localizar la tumba y el lugar donde está escondido el oro.
Dix tiene que separarse de la manada para hacer que el sheriff Neader de la población de Famder,un viejo amigo de su padre, sirva como intermediario ante la compañía minera.
En la compañía no parecen tomarse muy en serio la proposición de Neader, pero éste es engañado por unos desconocidos y recibe una paliza para sacarle información. Neader se niega a hablar. Por otra parte, el sheriff de Darrow, está en connivencia con Eilton y le informa de todo. El maltrecho Neader se une a la caravana de Dix ya de vuelta a Baywall.
Dix va atando cabos. Eilton fue uno de los organizadores del robo a la diligencia del oro e hizo que Marks se fugase de la cárcel para obligarle a revelar el escondite del tesoro, ya que no lo había obtenido de Benj. De vuelta a Baywall, el cacique Eilton y Larson, uno de los dirigentes de la compañía, se entrevistan con Dix. Neader informa a Dix que Larson era el que mandó secuestrarle y sacarle información. Después de un altercado, Dix mata a Eilton y toda su banda de pistoleros es desarmada por la gente del pueblo. La aparición del presidente de la compañía aclara todo el asunto. El asalto fue organizado por dirigentes corruptos de la compañía, juntamente con Eilbot y Laird. Finalmente Benj recibe su recompensa.
Tras despedirse de Alois, de la que se ha enamorado, Dix y Neader se dirigen a Ribton. Los hombres de Laird fueron los que dieron la paliza a Neader y se quedaron con su estrella de sheriff. Y Dix también tiene que recuperar la suya y vengar a su padre, ya que Neader le revela que fue Laird el que organizó su asesinato. Se prepara un explosivo final en el que habrá más de una sorpresa.

Un excelente western de A. Rolcest, mucho más complejo de lo que es normal en los bolsilibros de la época. Su estilo y argumento lo acercan a los westerns cinematográficos de los años 50 en technicolor y cinemascope con Alan Ladd o Richard Widmark, por ejemplo. El estilo del autor es absolutamente clásico y sin sombra de ironía. Rolcest cree en sus personajes y en lo que hacen y cómo actúan. No existe ningún tipo de distanciamiento. También nos brinda alguna tierna escena romántica y no renuncia al humor cuando la situación lo requiere. Por otra parte, Rolcest es un excelente narrador y su ritmo nunca decae. Todo un clásico de la literatura popular, injustamente olvidado.