martes, 1 de diciembre de 2015

Robo de joyas en el Grand Metropolitan (The Jewel Robbery at the Grand Metropolitan). Agatha Christie


Relato de Agatha Christe publica en el número 1572 de la revista The Sketch el 14 marzo de 1923. Originalmente se titulaba The Curious Disappearance of the Opalsen Pearl. Posteriormente se publicó en el libro de relatos Poirot investiga (Poirot investigates) en 1924. En España fue publicado en 1960 por Editorial Molino dentro de su colección Selecciones de Biblioteca Oro con el número 160. La traducción era de C. Peraire del Molino.

Poirot y Hastings pasan un fin de semana en el hotel Grand Metropolitan en Brighton donde conocen al señor y la señora Opalsen. Él es un rico agente de bolsa que ha amasado una fortuna con el auge del petróleo y su esposa se dedica a coleccionar joyas. Ella se ofrece para enseñar a Poirot sus perlas y se dirige a buscarlas a su habitación pero las mismas han sido robadas. Enseguida buscan la ayuda de Poirot. Ha habido sólo dos personas en la habitación desde la última vez que se vio a  las perlas: Celestine, la doncella de la señora Opalsen, y la camarera del hotel. Celestine había recibido órdenes de permanecer en la habitación todo el tiempo que la camarera estuviese allí. Las dos chicas son interrogadas y cada una culpa a la otra. La habitación tiene otra al lado donde duerme Celestine y una puerta cerrada con pestillo que lleva a la habitación de al lado. Las dos muchachas se estaban viendo la una a la otra todo el tiempo excepto en dos pausas de doce y quince segundos cada una cuando Celestine fue a su habitación (un tiempo demasiado corto para sacar el joyero de su cajón, abrirlo, sacar las joyas y colocarlo en su sitio). Las dos muchachas son cacheadas pero no se encuentra nada. Las dos habitaciones son registradas y las perlas desaparecidas son encontradas debajo del colchón de Celestine. Parece que el caso ha terminado pero Poirot le dice a Hastings que el collar encontrado es falso. Interroga a la camarera y al criado que se ocupa de la habitación del señor Opalsen y les pregunta si habían visto antes una tarjeta blanca que Poirot ha encontrado. Ninguno de los dos la había visto. Poirot se dirige a Londres y al día siguiente comunica a Hastings y a los contentos Opalsen que el caso está resuelto y las perlas auténticas han sido encontradas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario