viernes, 24 de marzo de 2017

Cerco de sombras. Donald Curtis



Novela de Donald Curtis (Juan Gallardo Muñoz) publicada por Editorial Bruguera en 1953 dentro de su colección Servicio Secreto con el número 175. Tiene 125 páginas.

Doug Martin, periodista del Evening Herald de Nueva York, acude a cubrir la noticia del accidente de coche que ha sufrido Linda Logan, una famosa estrella de Broadway. La actriz se ve seriamente comprometida porque al parecer conducía borracha. Doug la ayuda a escapar de la policía y los periodistas. Posteriormente, Linda llama a Doug para confesarle que el accidente formó parte de un plan de su marido para eliminarla. Linda está casada con George Oliver Kent, un famoso financiero que siente unos celos enfermizos por ella. Además, su marido parece tener una amante llamada Hazel Leeds, una pelirroja espectacular que frecuenta el club nocturno Pamera. Linda quiere que Doug se encargue de investigar el asunto, pero éste se niega porque percibe en ello un mundo bastante turbio. Al mismo tiempo, es abordado por Kent que comunica también al periodista sus temores de que Linda quiere matarle. Doug se niega a ayudar a Kent, pero, picado por la curiosidad, acude con su esposa Audrey al Palmera regentado por Tony Morano, supuesto amante de Linda. La pareja se verá envuelta en una espiral de asesinatos, tráfico de drogas y juego ilegal donde nada es lo que parece e incluso su vida llegará a peligrar.

Novela primeriza de su autor (Juan Gallardo tenía sólo 24 años al escribirla) donde asimila perfectamente los modelos americanos, especialmente el de Raymond Chandler, aunque la influencia cinematográfica es más que evidente en descripciones de lugares y atmósferas. Por otra parte, el estilo de Curtis aquí es ligero y diáfano y carece aún de los tics propios de la madurez del autor, nos referimos al exceso de adjetivación y la reiteración de ideas. Las referencias  a Frank Sinatra o Virginia Mayo ayudan a contextualizar la trama. Hay que reseñar que en 1953 se publicó también El largo adiós, la novela definitiva de Raymond Chandler. En definitva, Cerco de sombras es una entretenida novela que no desmerece en nada a la producción americana de la época.

lunes, 20 de marzo de 2017

El umbral de la Atlántida. P. Danger


Novela de Peter Danger (Pedro Domingo Mutiñó, Barcelona, 1941) publicada por Editorial Valenciana en 1961 dentro de su colección Luchadores del espacio con el número 178. Tiene 128 páginas y costaba 6 pesetas.

Un barco de pesca francés descubre un fragmento de plata con inscripciones desconocidas en el estómago de un tiburón. El hallazgo tiene lugar en el Mar de los Sargazos. Los expertos que analizan las inscripciones dan por seguro que pertenecen a la civilización desaparecida de la Atlántida. Esto hará que el gobierno francés ponga en marcha una operación secreta para descubrir este continente hundido en las aguas hace miles de años. La expedición está dirigida por el profesor Rémy acompañado por su hija Diana, ambos arqueólogos. También forma parte de la expedición el excéntrico profesor Marbe, un experto en la Atlántida; el capitán Bonnard y su segundo Álvarez, que descubrieron el fragmento de plata y, finalmente, André y René, dos submarinistas expertos en los descensos a gran profundidad y en rescates de pecios hundidos.
Desde el principio de la expedición, André contrae sospechas acerca del motivo real de ésta y sus integrantes. Todo ello se irá complicando a medida que se acerquen al lugar del hallazgo. Además, André y René se enamorarán de Diana, lo que complicará aún más las cosas.

La novela tiene una segunda parte, Los hombres del más allá, publicada en la misma colección con el número 179. Hay que decir que el autor ocupa 128 páginas para contar la expedición al Mar de los Sargazos, pero cuando esperamos una intriga de aventuras al estilo de Julio Verne, nos encontramos en realidad con la peripecia amorosa del triángulo formado por Diana, André y René, con celos, malentendidos y discusiones. Llegamos a la última página de esta primera parte sin que esto haya despertado demasiado nuestro interés, como tampoco una trama de sospechas que no llega a despegar del todo. Veremos qué pasa en la segunda parte.

viernes, 10 de marzo de 2017

El caso del perro aullador (The Case of the Howling Dog). Erle Stanley Gardner



Novela de Erle Stanley Gardner publicada en 1934. Editorial Molino publicó la novela en 1940 dentro de la colección Biblioteca Oro con el número 110. En 1952 se publicó dentro de Selecciones de Biblioteca Oro con el número 76. Ha sido reeditada numerosas veces. La ilustración de cubierta es de Noiquet (Joan Beltrán Bofill, 1934-2009).

Un hombre muy nervioso llamado Cartwright entra en la oficina de Perry Mason para comentarle sobre el perro de un vecino detenido que aúlla, afirmando que es una señal de que hubo una muerte en el barrio. También quiere hacer un testamento escrito para la vecina. Al día siguiente, Cartwright desaparece, al igual que la vecina.

Al escribir la novela, Gardner todavía estaba en el proceso de establecer la fórmula definitiva de la serie de Perry Mason. El teniente Tragg, el inteligente y simpático detective de homicidios, y Hamilton Burger, el fiscal del distrito, que sería el principal adversario de Mason, todavía no han aparecido. El departamento de policía está representado por el zafio sargento Holcomb, que no reconocería una pista ni aunque le mordiese en el trasero. La oficina del fiscal del distrito está representada por el ayudante del fiscal, Claude Drumm, que de inmediato cae en cada trampa que Mason le pone hábilmente.

Della Street, la secretaria fiel y llena de adoración por su jefe; Paul Drake, el detective de confianza, y el mismo Perry Mason están aún evolucionando hacia los personajes en que se convertirían finalmente. Mason es un poco más desigual en lo que se refiere a los límites impuestos por la ley en su actuación de lo que lo será el afable abogado que todos los lectores conocen. En este nivel del juego está mucho más dispuesto a hacer excepciones, si no a romper la ley, en aras de servir a lo que él cree un bien mayor.

Como ocurre con frecuencia en la serie, el argumento se vuelve muy complejo. Baste decir que habrá un asesinato y que el cliente de Mason será el primer sospechoso. Inevitablemente el caso contra el cliente parecerá ser claro y sencillo a favor de la acusación. Como siempre, a la oficina del fiscal del distrito se le hará la boca agua con la idea de derrotar finalmente a Perry Mason después de sufrir fracasos ignominiosos a sus manos. Y por supuesto, como siempre Perry Mason se sacará un conejo del sombrero para salvar la situación en el mismo final.

Obviamente, el relato está un poco obsoleto y es claramente un producto de su tiempo, pero áun es una lectura divertida y una oportunidad para ver a Perry Mason y a los otros personajes en sus estadios formativos.