jueves, 27 de junio de 2013

Huracán en el Valle Hondo. Gordon Lumas


Novela de Gordon Lumas (José María Lliró Olivé) publicada en 1969 en la colección Bravo Oeste de Editorial Bruguera con el número 456. Hemos leído la reedición publicada en octubre de 1997 por Ediciones B en la colección Oeste legendario con el número 346. La cubierta es de J.M. Company y el precio 125 ptas.

Una caravana se acerca a una ciudad de Montana llamada Glenn Falls. La banda de forajidos capitaneada por Thomas Risto espera a la caravana a la salida de un desfiladero y la ataca haciéndose pasar por indios cheyennes. No dejan a nadie con vida, queman y destruyen los carros y se llevan todo lo que pueda ser de valor.
Johnny Meroy, el prometido de Susan, una de las chicas que viajaban en la caravana, espera con impaciencia la llegada de ésta. A pesar de los consejos del sheriff Young, quiere salir a recibirla por el camino. Antes de salir de la población acude en auxilio de Débora, la hija del propietario del almacén, que está siendo molestada por un pistolero desconocido cuya cara está desfigurada por una cicatriz. El joven libra a la chica del pistolero tras una brutal pelea. En realidad, el desconocido se llama Guy Berak y es un espía de Risto. 
Johnny se encuentra por el camino con Steve Mays, un ranchero amigo, que le comunica que va a fugarse con Luz de Aurora, la hermana del jefe indio Sword Bear. Johnny le previene de los peligros de tal decisión y de que puede desencadenar una revuelta de los cheyennes. Los dos jóvenes no hacen caso y Johnny prosigue su camino para encontrar al final los restos de la caravana a la salida del desfiladero. Encuentra a Susan muerta y sobre su cadáver jura vengarse de los asesinos.
Johnny se dirige al poblado indio para informar a Sword Bear de que se ha producido un ataque indio a la caravana. En el poblado, el jefe indio afirma desconocer tal hecho y decide ayudar a Johnny a desenmascarar a los culpables. Pero cambia de propósito cuando se entera de la huida de su hermana con el joven Mays. Rompe su amistad con Johnny, al que considera encubridor, y se dirige con sus guerreros al rancho de los Mays para recuperar a su hermana. A su vez, Johnny llega primero al rancho y advierte a los familiares de Steve de que huyan antes de que lleguen los indios.
Luego regresa a Glenn Falls para avisar de la tragedia de la caravana y todos los ciudadanos disponibles acuden para rescatar los cadáveres, temiendo una nueva revuelta india.
En realidad, todo concuerda con los planes de Risto. Éste sólo había atacado la caravana para dejar la población desguarnecida de hombres y poder robar tranquilamente el banco, el hotel y todo lo que tuviese valor. Los forajidos atacan el hotel y luego asaltan el banco con dinamita, matando a todos los que encuentran, incluso al sheriff. Al mismo tiempo han incendiado el establo de la población para distraer a los pocos habitantes que quedaban. El fuego del incendio se traslada a parte de la ciudad. Antes de huir con el botín, Berak y Risto se apoderan de Débora, hiriendo al padre, ya que el primero se ha encaprichado de la chica.
Mientras tanto, Johnny, examinando los cadáveres de la caravana, se da cuenta de que el ataque indio ha sido fingido. Al llegar todos de regreso a Glenn Falls descubren que la población ha sido devastada. Johnny y los otros establecen un plan para atrapar a los forajidos y rescatar a Débora.
Guy Berak siente que sus sentimientos hacia Débora son más complicados de lo que pensaba, en realidad se ha enamorado de la chica y la protege de los otros forajidos y de su jefe Risto.
Tras una laboriosa búsqueda, Johnny descubre el escondite de los forajidos y rescata a Débora, que está secretamente enamorada de él, matando a Berak.
La huida de los dos jóvenes se ve cortada al encontrarse con los indios cheyennes acampados cerca de su escondite.  Johnny prepara un plan que le servirá para acabar con los forajidos y su siniestro jefe y, al mismo tiempo, para restablecer la paz con los indios cheyennes.

Estupenda novela de Gordon Lumas escrita con un estilo absolutamente clásico y que sabe aunar emoción, intriga y precisión. Al leerla nos recuerda los relatos de Lewis Patten o Ray Hogan, grandes y prolíficos autores de westerns. Absolutamente recomendable.

domingo, 23 de junio de 2013

Los piratas del aire (Roberto Alcázar y Pedrín nº 1)



Primer número de la serie Roberto Alcázar y Pedrín publicado por Editorial Valenciana en 1941. Los dibujos son de Eduardo Vañó y el guión de Alfonso Arizmendi (Alf. Regaldie). Tenía 20 páginas en formato apaisado y valía 60 céntimos.

El transatlántico Neptunia viaja hacia Buenos Aires llevando a bordo la valiosa colección de diamantes Gipsy valorada en cinco millones de dólares. También viaja a bordo el periodista español Roberto Alcázar, que se dirige a la Argentina para recibir una cuantiosa herencia. El capitán del barco está preocupado acerca de unas amenazas que ha recibido por radio. Cuando una flota de aviones se acerque al Neptunia, éste deberá parar todos los motores. Mientras tanto, la tripulación sorprende a un polizón. Es un niño llamado Pedrín al que Roberto defiende y paga el pasaje.
Una flota de hidroaviones ataca al barco y le obliga a detenerse. Los piratas del aire están al mando de un tal doctor Leyva, cuyas intenciones son apoderarse de los diamantes. Roberto, Pedrín y el capitán se oponen peleando, pero pronto son reducidos y llevados prisioneros a uno de los hidros.
La flota de hidroaviones llega a la selva del Amazonas donde Leyva ha construido una base para su banda de piratas. Los tres amigos logran escapar y recuperar los diamantes, pero Roberto y el capitán son hechos prisioneros de nuevo y lanzados al río Amazonas para que los devoren los cocodrilos.
Pedrín ha logrado escabullirse y recuperar los diamantes de nuevo. Provisto de un arma, captura a uno de los piratas que le conduce hasta un hidro que les servirá para escaparse. Para liberar a sus amigos, provoca un incendio que hace que las fieras de la selva se lancen contra los piratas, que huyen en desbandada. Roberto y el capitán, que han estado luchando contra los cocodrilos, se unen a Pedrín y escapan todos juntos en el hidro. Al llegar a Buenos Aires son recibidos como héroes.

jueves, 13 de junio de 2013

Negra sombra del Buitre. Donald Curtis



Novela de Donald Curtis (Juan Gallardo Muñoz) publicada en la colección Búfalo de Editorial Bruguera con el número 1146 y reeditada por Ediciones B en su colección Oeste legendario con el número 219 en febrero de 1993. La cubierta es de Desilo y el precio 110 pts.

Stuart Kellard sale de la prisión de Yuma en Arizona donde cumplía condena por un robo que no había cometido. Un misterioso personaje enmascarado llamado El Buitre se ha encargado de hacer confesar al auténtico culpable: Jason Conway, un jefe de forajidos que se esconde tras una máscara de respetabilidad.
De camino hacia su ciudad, Adobe Junction, Kellard presencia la muerte de un desconocido a manos de cuatro pistoleros. Consigue matar a uno y herir a otro y escucha las últimas palabras del desconocido que le lega sus pertenencias.
En Adobe Junction nadie parece esperarle. Su esposa Karin le recibe con frialdad porque le desprecia desde que en cierta ocasión Stuart fue incapaz de defenderla de unos desaprensivos que intentaban abusar de ella. La salvó un pistolero llamado Gerry Kidd del que está platónicamente enamorada. A Kellard no le queda más remedio que plantear el divorcio a su esposa, a lo que ella accede.
En la diligencia en la que viajaba Kellard, llegaron también dos pistoleros profesionales encargados por Jason Conway de asesinar a Leila Scott, una chica del saloon que fue testigo del atraco que envió a Stuart a la cárcel y declaró contra Jason. Consiguen raptar a la chica y cuando están a punto de acabar con ella, aparece de nuevo el Buitre para impedirlo. Mata a los dos pistoleros y desaparece.
Kellard quiere volver a su antiguo trabajo en las minas de cobre de Adobe Junction, tal como se lo había prometido su propietario y amigo Adam Mallory. Pero Karin le comunica que Mallory ha muerto recientemente y que ella fue testigo de cómo moría al pisar accidentalmente su caballo un barreno de dinamita. Kellard empieza a sospechar que la muerte de Mallory no tiene nada de accidental. En la empresa le comunican que no van a readmitirle y que el nuevo dueño, Morgan Derek, el sobrino de Mallory, va a cambiar totalmente el personal de la empresa.
En realidad, Morgan Derek y Jason Conway, ahora buscado por la ley, son socios y se ayudaron en el asunto de eliminar a Mallory. La única persona que puede atestiguar algo en contra suya es Karin, pero ella no sabe que vio algo realmente peligroso para los dos bandidos. Por tanto, deciden eliminarla antes de que hable.
Kellard consigue un empleo como contable en el saloon de la ciudad, al mismo tiempo que llega a ésta el nuevo dueño de las minas, Morgan Derek. Éste ha puesto en marcha un plan para acabar con Karin que consiste en atropellarla con un carro de caballos desbocados. El intento fracasa porque, aunque la intervención de Gerry Kidd para ayudarla resulta inútil, en el último momento interviene nuevamente la figura salvadora del Buitre. Karin queda prendada del misterioso héroe enmascarado.
Al fracasar el plan, Morgan y Jason conciben uno nuevo en el que piensan eliminar a Karin y al Buitre al mismo tiempo. Una noche secuestran a la chica mientras Stuart está trabajando. Al día siguiente aparece en la  oficina del sheriff un mensaje conminando al Buitre a aparecer para salvar a la chica. Sin que nadie sepa cómo, el Buitre cuelga otro mensaje diciendo que acudirá a la cita.
Mientras tanto, Stuart denuncia a Morgan Derek como responsable del asesinato de Mallory y el secuestro de Karin.
Esa noche el Buitre acude a la cita con los bandidos en las minas, pero nada es lo que parece y a partir de ese momento empiezan las sorpresas.

Entretenido relato en el que el autor retoma la figura del "vigilante" enmascarado, un poco en la tradición del Zorro de Johnston McCulley, el Coyote de José Mallorquí, el Llanero Solitario o el Two-Gun Kid de la Marvel. Ello le permite una pequeña reflexión sobre la figura del héroe enmascarado y jugar con el tema de las identidades. El estilo es impecable y la narración efectiva. Hay que destacar el interés del autor por los detalles nocturnos.


El 1 de julio de 1876, los primeros siete presos entraron en la Prisión Territorial de Yuma en Arizona y fueron encerrados en las nuevas celdas que habían construido ellos mismos.

A pesar de una reputación infame, los documentos escritos indican que la prisión se administró con humanidad, y era una institución modelo para su época. Los únicos castigos eran las oscuras celdas para los reclusos que rompían las normas penitenciarias, y la bola y la cadena para los que trataban de escapar.


Un total de 3.069 presos, entre ellos 29 mujeres, vivieron dentro de estas paredes durante treinta y tres años de funcionamiento de la prisión. Sus delitos iban desde el asesinato a la poligamia. El robo a gran escala era el más común. La mayoría cumplió sólo parte de sus condenas debido a la facilidad con la que se obtuvieron libertades condicionales e indultos. Ciento once personas murieron mientras cumplían su condena, la mayoría de la tuberculosis, que era común en todo el territorio. De los muchos presos que intentaron escapar, veintiséis lo lograron, pero sólo dos estaban de dentro de los confines de prisión. No se llevaron a cabo ejecuciones en la prisión porque la pena capital era administrada por el gobierno del condado.

Durante su tiempo libre, los prisioneros fabricaban a mano muchos elementos. Esos artículos fueron vendidos en los bazares públicos que había en la prisión los domingos después de los servicios religiosos. Los presos también tuvieron atención médica regular y el acceso a un buen hospital.

La escolaridad estuvo disponible para los condenados y muchos aprendieron a leer y escribir en la cárcel. La prisión albergó una de las primeras bibliotecas "públicas" del territorio, y se cobraba a los visitantes el recorrido por la institución para comprar libros. Una de las primeras plantas de energía eléctrica del Oeste suministró electricidad para las luces y hacía funcionar un sistema de ventilación en el bloque de celdas.

En 1907 la prisión estaba sobrepoblada y no había lugar en la colina donde estaba situada para expandirla. Los condenados construyeron una nueva instalación en Florence, Arizona. El último preso salió de Yuma el 15 de septiembre de 1909. Actualmente el edificio y las instalaciones son un parque histórico estatal.

 


domingo, 9 de junio de 2013

Jaque a la Tierra. Glenn Parrish


Novela de Glenn Parrish (Luis García Lecha) publicada en setiembre de 1980 en la colección La conquista del espacio de Editorial Bruguera con el número 529. La cubierta es de Miguel García.

J.J. Barrett es condenado por homicidio y sentenciado a morir por desintegración. En realidad todo es una farsa. El cuerpo de Barrett es teletransportado al laboratorio del doctor 3Smith. Allí se le dice que el gobierno terráqueo le ha elegido para un misión suicida. Será enviado al planeta Heggadon para conseguir que la princesa Vinellah firme el tratado entre ese planeta y la Tierra. Cuatro enviados anteriores han muerto en circunstancias extrañas.
Barrett acepta la misión y se embarca en un crucero estelar rumbo al planeta como un turista más. En el crucero entra en contacto con Bithys, una ciudadana de Heggadon, que resulta ser el contacto de Barrett en la nave. Además es la hermana bastarda de la la princesa Vinellah. Bithys informa a Barrett de la princesa está prisionera del primer ministro Skurr en un castillo inaccesible en medio de un lago. El castillo está vigilado por el ejército de hombres alados de Skurr, los llamados homáguilas. Además de eso en el lago se encuentran los leotibs (mezcla de león y tiburón) y los temibles gusanos-pirañas capaces de devorar a un hombre en segundos.
Viajando con Barrett y Bithys en la nave, se encuentra el lugarteniente de Skurr, el siniestro Hrane. Éste logra fingir un simulacro de abandono de la nave. Barrett y Bithys son lanzados en una cápsula de salvamento averiada con la intención de que mueran.
Logran aterrizar en un planeta desierto y allí les encuentran el capitán Rupphus y sus piratas del espacio.
Barrett logra engañar a los piratas y apoderarse de su nave.
Barrett y Bithys llegan por fin a Heggadon. Barrett se hospeda en un hotel, cuya dueña, Arphinia, resulta ser su contacto en el planeta.
El plant de Barrett consiste en que un pescador de la zona le ayude a atravesar el lago. Acompañado por Bithys, tienen que atravesar primero la barrera vigilada que cierra los accesos al lago para los no residentes. Barrett soborna a un oficial llamado Hakros para poder pasar. Ya en el lago, el pescador les obliga a untar sus cuerpos con una crema repelente para evitar el ataque de los gusanos-piraña. Para demostrarles que no suceda nada si llevan la crema, sumerge su mano en el agua. En pocos segundos, su cuerpo es devorado por los gusanos. Barrett y Bithys comprenden que el atentado iba dirigido contra ellos y que el plan imaginado no va a funcionar.
El nuevo plan de Barrett consiste en ir volando al castillo. Para ello, Bithys y el se disfrazarán de homáguilas. Hakros les proporciona los disfraces y Bithys consigue los dispositivos para poder volar. Antes de partir, sufren un nuevo atentado fallido cuando Hakros muere en la bañera de Bithys a causa de que el agua contiene gusanos-piraña.
Barrett y Bithys vuelan hacia el castillo no sin tener que defenderse del ataque de los homáguilas. Una vez en el castillo reciben la sorpresa de que han sido seguidos por los piratas de Rupphus. Barrett engaña al capitán pirata haciéndole creer que en el castillo se guardan grandes tesoros. Los piratas irrumpen en el castillo organizándose una batalla campal entre ellos, los homáguilas y los leotibs. Barrett y Bithys se las arreglan para llegar a las habitaciones de la princesa prisionera situadas bajo el nivel del agua del lago. Allí son sorprendidos por Skurr y Hrane, que han preparado una trampa mortal para todos ellos.

Entretenida novela de Glenn Parrish, que revisita todos los temas de la novela pulp de ciencia  ficción de los años 30. Una space opera con guiños a un clásico del cómic como es Flash Gordon (los homáguilas son sin duda un recuerdo u homenaje a los hombres halcones creados por Alex Raymond). Las princesas en peligro amenazadas por siniestros ministros nos remiten a ese mismo mundo creativo (la reina Desira de Trópica, por ejemplo). El autor aprovecha además la ocasión para lanzar un pequeño mensaje antiimperialista o anticolonialista. Absolutamente recomendable y un logro encomiable de García Lecha, que no tiene nada que envidiar a sus colegas americanos.

jueves, 6 de junio de 2013

Hampa brillante. A. Rolcest


Novela de A. Rolcest (Arsenio Olcina Esteve) publicada en 1961 dentro de la colección Servicio Secreto de Editorial Bruguera con el número 565 y reeditada en 1965 dentro de la colección Selecciones Servicio Secreto con el número 127, que es la que hemos leído.

El inspector de policía americano Fadner llega a Roma de vacaciones junto con su mujer. Allí se encuentra con el agente del FBI Travis Wick y la pintora Gladys Blair. La esposa sospecha que entre los dos hombres hay algo más que amistad y que su marido en realidad ha venido a Roma en misión secreta. Por la noche, las dos parejas acuden a un club nocturno. Allí actúa una bailarina llamada Yona, a la que Travis conoce desde hace tiempo.
A la mañana siguiente Fadner y Travis se van en coche sin indicar su destino. La policía italiana encuentra el coche con los dos hombres asesinados a bordo.
Unos días después llega a Roma el periodista americano Jeff Rayner para investigar la muerte de los dos hombres. Jeff era amigo personal de Travis Wick y también conoce a Yona. Todos ellos se conocieron durante la guerra, cuando los dos amigos formaban parte del ejército americano y la chica era una mendiga con relaciones en el mundo de la delincuencia de la postguerra. Tanto Travis como Jeff tuvieron relaciones con Yona y este último aún sigue enamorado de ella, aunque la desprecia por su falta de escrúpulos a la hora de abrirse paso a medias entre el mundo del hampa y el del espectáculo. Jeff cree que Yona no tendría ningún problema para matar.
Jeff y Gladys acuden a un club nocturno de lujo para ver a Yona, a la que el periodista cree responsable de la muerte de los dos hombres. Yona, que tiene de pareja a un director de cine en esos momentos, aún se siente atraída por Jeff, pero el encuentro entre los dos no es satisfactorio. Al volver al hotel, Jeff y Gladys son objeto de un accidente provocado.
En el hospital, Jeff se encuentra con Santini, un periodista italiano que es un viejo conocido suyo. Se presenta un enviado de la embajada americana con la pretensión de trasladar a Gladys y Jeff a un hospital americano, pero Santini le reconoce. Es un delincuente llamado Groot que, sin duda, quiere secuestrar a los dos accidentados. Jeff impide el secuestro a puñetazos y Groot se da a la fuga.
Al día siguiente, Jeff se entera de que Gladys ha sido secuestrada en su hotel. Yona acude a verle y le comunica que va a ayudarle en este caso. El organizador del secuestro, el atentado y las muertes es un tal Keast, un desertor americano de la guerra, cuya banda se dedica a la falsificación de moneda y al tráfico de drogas.
Jeff y Yona acuden a la casa de Keast en pleno campo, donde tiene lugar una auténtica batalla campal con los bandidos. Un artista polaco llamado Wojtech, antiguo novio de Gladys, está prisionero también en la casa y parece ser el responsable de las falsificaciones a cambio de la droga diaria que necesita para calmar su adicción.
Con la ayuda inesperada de Wojtech, el FBI y  la policía italiana, se atrapa a todos los delincuentes. Keast logra huir y se dirige a la mansión de su jefe, un miembro de la alta sociedad llamado Paolo Fornaro, al que todos llaman el Diplomático. Allí está prisionera Gladys. Mientras tanto, Jeff y Yona se dan cuenta de que todavía siguen enamorados.
Todos se dirigen a la mansión de Fornaro donde tendrá lugar el ajuste de cuentas final.

Novela algo previsible y rutinaria con un argumento un tanto errático, que evidencia la rapidez de su escritura.