domingo, 22 de mayo de 2016

Tres crímenes para un sheriff. Meadow Castle


Novela de Meadow Castle (Prado Castellanos Alentorn, 1911-?) publicada por Editorial Bruguera en 1968 dentro de la colección Kansas con el número 545. Hemos leído la reedición publicada en octubre de 1981 en la colección Búfalo serie azul con el número 498. Tiene 95 páginas  y costaba 45 pesetas.

El sheriff federal Blanton Martin, ayudante personal del gobernador de Utah Michael Stone, es enviado a la población de Murray para investigar unos terribles asesinatos en que el criminal se encarniza con sus víctimas hasta desfigurarlas. Antes de partir de Salt Lake City, Blanton intenta resolver sus problemas amorosos con Bessie, la dueña del saloon, con la que ha mantenido una larga relación. En su viaje a Murray se le unirá a su pesar Clarence, la sobrina del gobernador, acompañada de su guardaespaldas Lincoln. Clarence está enamorada también de Blanton. Durante el camino tendrán que hacer frente a pistoleros a sueldo y a cuatreros. Blanton captura a los cuatreros y los entrega al sheriff Reid de Murray. Ya en esta población, Lincoln es asesinado por unos desconocidos. Parece como si alguien intentase obstaculizar la misión de Blanton.
El gobernador Stone acude de incógnito al entierro de Lincoln acompañado por el capitán Tim, enamorado de Bessie y rival de Blanton, aunque sean amigos. También aparece Bessie para comunicarle algo importante a Blanton. Éste a su vez empieza a enamorarse de Clarence.
Todo se complica aún más con un nuevo asesinato en el que la víctima aparece con la cara y el pecho destrozados. Por si no fuese bastante, dos nuevos pistoleros a sueldo aparecen en Murray para acabar con Blanton.

El autor ha intentado una mezcla de comedia western con intriga amorosa y criminal que no llega a cuajar. Casi nos llega a parecer que lo de descubrir al asesino es lo de menos, tan ocupado está el protagonista debatiéndose entre dos mujeres enamoradas de él. Por otra parte, el autor no maneja demasiado bien el humor salvo en la notable escena final en el saloon con los dos pistoleros a sueldo y en la que se ven implicados todos los personajes. No hemos podido dejar de notar además determinadas oscuridades en el estilo de Castle que a veces hacen incomprensible el seguimiento de la acción y una cierta falta de lógica en los diálogos con alusiones que sencillamente se nos escapan.

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