miércoles, 4 de mayo de 2016

Ben-Hur. Lewis Wallace


Ben-Hur (Ben-Hur: A Tale of the Christ) es una novela del escritor americano Lewis Wallace (1827-1905) publicada en 1880. Tuvo un éxito inmediato y ha sido traducida a casi todas las lenguas.
La novela fue adaptada al cómic por Editorial Bruguera en 1970 dentro de su colección Joyas Literarias Juveniles con el número 7. Tiene 36 páginas y costaba 15 pesetas. Los dibujos son de Juan Escandell y la adaptación de José Antonio Vidal Sales. La ilustración de cubierta es de Antonio Bernal.

Jerusalén, año 15. Judá Ben-Hur, joven heredero de una de las familias más grandes de la aristocracia judía, es acusado por el procurador de Judea, Valerio Grato, de haber intentado atentar contra él. Esta acusación se debe a un simple accidente al caerse una teja sobre el procurador. El asunto no se investiga antes de la condena y ningún testigo puede corroborar los hechos.
La madre y la hermana de Judá Ben-Hur son encerradas en la cárcel, sus bienes confiscados y él es enviado a galeras siguiendo las órdenes de Mesala, su amigo romano de la infancia, comandante de la guarnición de Judea. Después de tres años de remas en galeras, se encuentra con Quinto Arrio, un tribuno encargado por el emperador de acabar con los piratas del Egeo. Ben-Hur salva a Arrio durante una batalla naval. Arrio le adopta y hace de él su heredero. Siendo ahora inmensamente rico, Judá puede aprovechar esta fortuna para llevar a cabo su sombrío designio: la venganza.
Ben-Hur visita en Antioquía a Simónides, antiguo servidor de su padre, que se ha convertido en un rico comerciante. Éste ha logrado conservar una gran parte de la fortuna familiar aunque ha sido torturado por los romanos. Ben-Hur se encuentra con Esther, la hija del mercader; ella se enamora de él y él también cede ante su encanto. Simónides encarga a un espía, Malluch, para que vigile los menores gestos de Ben-Hur. Al final se convierten en amigos. Ben-Hur prueba a Simónides que él es digno hijo de su padre y que es un hombre honesto. Así recupera la fortuna familiar.

El jeque Ilderim el Magnánimo le contrata como conductor de su cuadriga a fin de ganar una carrera prestigiosa. Ben-Hur se enfrentará en la arena con Mesala, el que le había enviado a galeras durante tres años. Pretende humillar con la victoria a éste y arruinarle gracias a las apuestas, vengando así la presunta muerte de su madre y hermana. La carrera, que gana conduciendo una cuadriga tirada por cuatro magníficos caballos (Antares, Altair, Aldebarán y Rigel), convertirá a Mesala en paralítico.
Poncio Pilatos, nuevo gobernador romano sucesor de Grato, ordena una inspección de todas las prisiones de Judea a fin de vaciarlas y liberar a condenados sin motivo. La madre de Ben-Hur y su hermana Tirzah son así liberadas después de ocho años de encierro en un calabozo de la Torre Antonia en Jerusalén, pero contrayeron la lepra en la prisión. Amrah, la antigua sirvienta, las descubre pero la madre de Ben-Hur le prohibe que hable de ellas a su hijo para protegerle. Al mismo tiempo, Ben-Hur organiza una legión de israelitas y galileos para vencer a Roma y recibir al Rey de los Judíos. Este último, también llamado el Nazareno, hace milagros. Devuelve la vista a los ciegos pero sobre todo cura de la lepra a la madre y la hermana de Ben-Hur. Testigo de todos estos milagros, Ben-Hur se encuentra con ellas cuando las creía muertas.

En el momento de la crucifixión de Jesús ordenada por los romanos, cuando los sacerdotes y el pueblo le acusan de mentiroso, Ben-Hur piensa que es el momento adecuado para atacar, pero únicamente dos de sus hombres han permanecido fieles. Entonces, incapaz de actuar y dándose cuenta de que Jesús no llama a la revuelta, Ben-Hur abandona su proyecto. Jesús muere y no se convertirá en un rey político como muchos esperaban; Él es en efecto, según Baltasar, el egipcio (uno de los reyes magos), el Salvador de las almas, un rey ciertamente, pero no como el César. Después de morir Jesús, Baltasar muere a su vez. Iras, su hija, cuyo encanto no había dejado a Ben-Hur indiferente, confesará ser la espía de Mesala. Ella parte para unirse con el romano y abandona a su padre.
Ben-Hur se casa con Esther, tienen dos hijos y se cuentan entre los primeros cristianos. Iras les visita y les informa de que ha matado a Mesala porque le hacía daño; admite entonces que el romano era un hombre brutal.

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