jueves, 19 de octubre de 2023

El arquero verde (The Green Archer). Edgar Wallace


Novela de Edgar Wallace (1875-1932) publicada por entregas en la revista The Detective Magazine entre el 20 de julio de 1923 y el 1 de octubre de 1924. Como libro, fue publicada en Inglaterra en 1923 y en Estados Unidos en 1924. En España, fue publicada en 1932 por Aguilar con traducción de Enrique Aldecoa. Fue reeditada por la misma editorial hacia 1940 en la colección Detective con el número 17 y misma traducción.

Abe Bellamy es un millonario americano muy desagradable con un pasado muy dudoso, que se ha instalado en el castillo de Garre, en Inglaterra. El castillo tiene mazmorras, pasadizos secretos, zonas para armas, todas las características propias de un castillo medieval. Bellamy ha restaurado el castillo de tal manera que se ha convertido en una fortaleza inexpugnable. 

Valerie Howett es una encantadora joven que, después de gastar montones de dinero de su padre adoptivo, buscando a su madre biológica, descubre que Abe Bellamy puede tener la clave de ese misterio. Entonces, ella y su padre alquilan "Ladies Manor", una mansión adyacente al castillo. Por supuesto, hay un pasaje secreto que conecta a la casa con el castillo.

Pero la figura central de la novela es el misterioso Arquero Verde. Desde la Edad Media existe una leyenda sobre un arquero verde en el castillo de Garre. De repente, después de que Bellamy se instala, la gente vuelve a hablar de haber visto al Arquero Verde en el castillo. Bellamy cierra herméticamente sus puertas y trae perros feroces para custodiar los jardines y pasillos, pero la presencia del Arquero Verde se deja sentir cada noche en los corredores del castillo. 

Para resolver el misterio del Arquero Verde y ayudando a Valerie en sus pesquisas acudirán el reportero entrometido Spike Holland, el valiente inspector de Scotland Yard Jim Featherstone e incluso el "secretario" de Bellamy, Julius Savini.

Una novela demasiado larga, con demasiados giros, hasta el punto de llegar a ser algo confusa, debido seguramente al peculiar método de trabajo de su autor. Wallace abusa de alargar las situaciones, pero así y todo mantiene el interés hasta el final.

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