jueves, 3 de octubre de 2013
El sheriff de la Quebrada del Buitre (The Sheriff of Buzzard Gap). Austin Gridley
Novela de Austin Gridley (Benjamin Conlon) publicada en noviembre de 1933 en el Pete Rice Magazine editado por Street & Smith. En España la publicó Editorial Molino en 1936 dentro de su colección Hombres audaces. Portada de Walter M. Baumhofer.
Un tiroteo perturba la paz en el pueblo de la Quebrada del Buitre en el condado de Trinchera (Arizona) sin que el barbero local, Hicks Miserias, que a la vez es comisario del sheriff pueda impedirlo. Cuando llega Pete Rice, el sheriff, detiene el tiroteo descubriendo que tenía lugar entre Bristow el Halcón, un jugador y pistolero profesional, y Jake Frith, un ranchero local algo ingenuo. Después de haber amonestado a los tiradores y de que Bristow haya pagado una multa por daños, les deja en libertad.
Pete ve con recelo que luego Bristow y Frith se vayan juntos a la taberna. Rice manda a su ayudante Teeny, un gigante, a ver si averigua algo en la taberna. Éste le comunica que de lo único que se ha enterado es que Frith compró una propiedad en un condado próximo pagando con oro al contado.
Extrañado por todo ello Rice se dirige en una noche de tormenta al rancho de Frith para aclarar las cosas. Al llegar es recibido a tiros pero repele la agresión, mientras uno de los tres agresores muere y los otros dos huyen. Al entrar en el rancho encuentra a Frith moribundo. Ha sido torturado por un pistolero llamado Lance Lysander y otro desconocido, pero afuera había un tercer hombre vigilando. Frith relata a Pete que halló un tesoro en oro escondido en sus tierras y que con él pagó la nueva propiedad. Una noche de borrachera confesó todo a Bristow, que le pidió ser su socio. Frith se negó y de aquí vino la pelea. Esa noche fue torturado por los pistoleros para decir donde tenía escondido su oro y no le quedó más remedio que confesarlo, pero no consigue decirle el lugar a Rice y muere. Pete sospecha que el hombre que vigilaba fuera era Bristow.
Pete, Hicks y Teeeny Butler se dirigen a Mesa Ridge para interrogar a Lance Lysander, aunque esté fuera de su jurisdicción. Por el camino se encuentran con un ranchero que les informa de que en aquel pueblo la gente quiere linchar a un tal Curly Fenton, acusado de haber asesinado a Jake Frith. Rice sospecha que Lysander se las ha arreglado para incriminar a Fenton.
Pistol Pete Rice, Hicks y Teeny llegan a tiempo para impedir el linchamiento de Curly a manos del pueblo enfurecido bajo la dirección del temido Lysander. Pete, aunque fuera de su jurisdicción, acusa públicamente del asesinato y tortura de Frith al pistolero y le desafía a un duelo. Lysander cae bajo las balas de Pete, mientras que Hicks y Teeny liberan al prisionero Curly. Antes de morir Lysander se refiere a un cómplice: Deacon Finch.
De vuelta en su oficina, Pete y Teeny encuentran entre los pasquines de reclamados el de Deacon y su compañero Snake Trampas. Mientras estan planeando cómo atrapar a los asesinos de Frith cuando vayan en busca del tesoro enterrado, llega Curly Fenton. Está muy malherido pero aún puede contar como Deacon y Snake les tendieron una trampa a él y Hicks. Éste ha sido tomado como rehén por los dos pistoleros. Como condición para no matarle, exigen que Pete y Teeny abandonen el poblado en el primer tren.
Así lo hacen, pero durante el trayecto Pete se baja del tren escalando un depósito de agua. Allí espera otro tren que vuelva a su poblado, pero al pasar el siguiente tren hacia Stockdale alguien dispara contra él. Es Bristow el Halcón. Pete Rice sube al tren en marcha para atrapar al bandido pero es sorprendido por éste.Tiene lugar un tiroteo dentro del tren pero el Halcón consigue huir aunque herido.
Pete Rice va a las montañas al rescate de su amigo Hicks. Un trampero le informa de que Hicks está prisionero de Deacon y Snake en un lugar llamado el Cañón de la Trampa.
Pete logra salvar a Hicks Miserias en el último momento gracias a una hábil estratagema. Intentan perseguir a los bandidos pero éstos logran huir.
Los dos amigos regresan a la Quebrada del Buitre, ya que Pete ha decidido vigilar el Circle Dot, el rancho de Frith, hasta que Finch aparezca para apoderarse del oro. Durante su vigilancia se produce un incendio en un hotel del pueblo y Pete y los suyos tienen que acudir para salvar en el último minuto a una madre y su hijo. Pronto descubren que todo ha sido provocado por Deacon Finch para alejarles del rancho. Cuando vuelven allá, descubren que el tesoro ya ha sido excavado y los bandido han huido con él.
Pete, Teeny y Hicks persiguen un calesín en el que parece que se transporta el oro. Cuando lo alcanzan descubren que ha sido otro engaño. En el calesín no hay oro y sí el cadáver de Snake Trampas asesinado por Finch. Éste ha dejado una nota burlándose de Pete.
Siguiendo otras huellas, los tres amigos llegan a una zona rocosa y áspera donde es imposible seguir la pista. Pete recuerda que antiguamente allí se refugiaba un bandido demente llamado el Loco Louie y posiblemente la banda de Finch se encuentre allí. Hicks consigue un granjero le preste unos sabuesos para rastrear la pista y pronto llegan a la cueva del Loco Louie. Consiguen adentrarse en ella y con la ayuda de los perros hallar la pista de los bandidos y hacerles huir tras una pelea feroz. Pero allí tampoco está el oro y otro mensaje de Finch burlándose nuevamente de Pete indica que se halla camino de México. Pete halla la cuenta de una taberna de la frontera que seguramente frecuenta Finch.
De vuelta, los tres amigos son atacados por desconocidos. Después de una arriesgada persecución, Pete atrapa a un mestizo mexicano que le indica que han sido contratados por Bristow el Halcón, que también está detrás del oro.
Con la ayuda de un amigo actor, Pete, Teeny y Hicks se disfrazan de mexicanos y se dirigen al poblado fronterizo de Salamanca. En la taberna La Casita tendrá lugar el enfrentamiento final con Finch y su banda, aunque Bristow sigue al acecho.
Entretenido pulp western de acción incesante y que no deja un minuto de descanso al lector. Hay que destacar que el autor está muy interesado en dejar claros la integridad y la honradez de sus personajes protagonistas, a los que atribuye todas las virtudes. Está claro que la publicación iba dirigida a un público juvenil y, por eso, detrás de la acción y la aventura se esconde un propósito moral y educativo.
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Mi padre tenía esas historietas. Me encantan
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