Novela de John Dickson Carr (1906-1977) publicada en 1938. Combina un asesinato aparentemente imposible con elementos de brujería, un autómata inspirado en el jugador de ajedrez de Maelzel y la historia del reclamante de Tichborne. Fue dedicado a la también escritora Dorothy L. Sayers "con amistad y estima". Es la novena novela del autor protagonizada por el doctor Gideon Fell. En una encuesta de 17 escritores y críticos de novelas de detectives, ésta fue votada como el cuarto mejor misterio de habitación cerrada de todos los tiempos.
Sir John Farnleigh y Molly, su esposa, aparentemente disfrutan de su estado de recién casados en la residencia ancestral de los Farnleigh. En ese momento, un reclamante de las propiedades de Farnleigh llega en la persona de Patrick Gore. Cuando éste tenía quince años, él y John Farnleigh coincidieron en el naufragio del Titanic y la sugerencia es que el que dice llamarse ahora John Farnleigh habría sustituido a Gore, el auténtico Farnleigh. Kenneth Murray, el tutor del joven Farnleigh, sabe la verdad, ya que se había interesado como aficionado a la técnica de las huellas dactilares y tiene huellas del auténtico John Farnleigh cuando tenía quince años. Pero la noche en que los dos demandantes, con una disposición sospechosa, se someten a la prueba, Farnleigh es asesinado en el jardín a la vista de varias personas que no pueden ver al asesino; sólo pueden ofrecer misteriosas impresiones acerca de “algo que volaba”, “algo que susurraba”, etc. Para resolver el asesinato, el doctor Gideon Fell tendrá que enfrentarse a una serie de fenómenos extraños y escalofriantes, sumergirse en el reino de lo oculto y enfrentarse a la brujería, la magia y un siniestro autómata para resolver un crimen aparentemente imposible.
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