René Cresté (1881-1922) en el papel de Judex
Judex es una novela de intriga publicada en 1917 por Arthur Bernède (1871-1937). Como todas las novelas de Bernède, fue concebida originalmente como una "cine-novela", es decir, un texto destinado a ser el guión de una serie por episodios. Judex es la historia de un sorprendente justiciero que se enfrenta al banquero Favraut y a sus numerosos cómplices. Recordemos que "judex" en latín significa "juez".
El banquero Favraut es un monstruo que ha arruinado a la familia de Trémeuse y a los Kerjean. Su única pasión fue la que experimentó por Marie Verdier, alias Diana Monti, una hermosa mujer convertida en aventurera. Al principio de la novela se nos presenta a Favraut, un banquero sin escrúpulos que ha arruinado a miles de personas con sus actos fraudulentos y criminales y que se ha convertido en un hombre riquísimo. Kerjean, un viejo vagabundo, va a pedirle cuentas. Pide ser recibido, pero se le echa de la casa de Favraut. El vagabundo se va pero Favraut le persigue con su coche y le atropella. Después de este nuevo crimen, recibe dos cartas de Judex avisándole de que será castigado si no expía sus crímenes. Aunque inquieto, no tiene en cuenta las amenazas y se desploma muerto en medio de sus invitados en la noche anunciada. Cuando se entera de la verdad acerca del pasado de su padre, su hija Jacqueline renuncia a la colosal herencia y lega el dinero a la asistencia pública. Este gesto sorprende a su novio Amaury de la Rochefontaine y provoca una disputa entre ambos. Como resultado de ésta, Jacqueline decide romper su compromiso.
Judex, alias Vallières, secretario de Favraut, alias Jacques de Trémeuse, se enamora de Jacqueline. Judex recupera el presunto cadáver de Favraut y le saca de su falsa muerte. Pero el banquero es encerrado en un calabozo a perpetuidad con un espejo que permite observarle en todo momento. Diana Monti, alias Marie Verdier, y su amante Morales, que no es otro que el hijo caído del viejo Kerjean (que no murió atropellado) entran en el juego y ven una oportunidad de ganar mucho dinero. Intentan secuestrar a Jacqueline varias veces a fin de presionar a Judex. El hijo de Jacqueline, el pequeño Jean, desaparece pero es socorrido por Réglisse (Regaliz), un niño huérfano que vive en los suburbios de París.
Se comprenden al final las motivaciones de Judex. Él y su hermano son hijos del conde de Trémeuse, arruinado y empujado al suicidio por las malversaciones de Favraut. Desde su más tierna edad, su madre les ha preparado para la venganza. Sin embargo, por amor a Jacqueline, Judex duda en condenar a su padre. Diana y Morales llegan a secuestrar a Favraut para recuperar su fortuna. Para llevar a cabo sus proyectos, utilizan a un detective un poco cobarde y estúpido, Cocantin, que es también un gran admirador del emperador Napoleón. Pero Cocantin se pondrá de parte del bien y con la ayuda de su amiga americana Daisy Torp, una gran nadadora de la que está enamorado, irán en ayuda de Judex y lograrán desembarazarse de Diana Monti.
Judex nos parece inferior a otras obras de Bernède como Belphégor o Mandrin, por ejemplo. A menudo es un relato inverosímil. Los giros que da la narración son incesantes. Los personajes son estereotipados y además es un relato bastante largo. Sin embargo, aunque Judex es netamente inferior a Belphégor, no se puede dejar de admirar la pluma fácil y sobre todo la imaginación de Bernède. No es sorprendente que la novela siga publicándose desde el éxito que obtuvo la serie muda de doce episodios realizada por Louis Feuillade (1873-1925) y exhibida entre enero y abril de 1917. Georges Franju (1912-1987) realizó una segunda versión en forma de largometraje en 1963.
Judex, justiciero enmascarado con una gran capa negra, se inspira libremente en Arsenio Lupin y Fantomas, respectivamente creados en 1907 y 1910. No tiene nada de sorprendente que fuese Louis Feuillade quien realizase los episodios de Fantomas. Además en 1917 aparece otro justiciero enmascarado con una gran capa negra: el Zorro. Los doce episodios de Judex tuvieron un gran éxito entre el público de la época, como dijimos. Pero fue sobre todo la elección de Musidora (Jeanne Roques, 1889-1957) en el papel de la infame Diana Monti, lo que marcó al público del momento. Ya célebre por su papel de Irma Vep en Los vampiros del mismo Louis Feuillade donde aparece con una malla negra ceñida a su cuerpo. Se convertirá en la "vamp" del cine francés mudo y será a continuación adoptada por los surrealistas al acabar la guerra.
Judex no es una obra maestra literaria, pero su fantasía, la imagen de los personajes que dio Feuillade, los elementos pre-surrealistas, etc., todo ello contribuye a hacer de Judex un héroe del pulp a la francesa.
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