En una sociedad futura en la que hace siglos que no existe la delincuencia, ya que todas las personas son sometidas a un tratamiento para anular cualquier impulso violento desde el mismo vientre de la madre, ocurre inesperadamente un asesinato. Un funcionario llamado Per Anderson aparece muerto en plena calle sin que nadie haya visto nada. Tampoco nadie está preparado para investigar este hecho, ya que ni existe la policía. Por tanto, el Consejo de Coordinadores elige mediante la Máquina, el superordenador gigante que gobierna la Tierra, a un ingeniero cibernético llamado Stel Daghan, para que investigue el caso. Daghan tiene plenos poderes para su investigación, aunque tiene que aprender desde cero los antiguos métodos policíacos para ello.
Le ayudan en la investigación su robot Manny, casi humano, y Lily Broi, una especialista en robots.
Una serie de misteriosos atentados parece querer impedir que Stel progrese en su investigación, casi todos ellos perpetrados por robots a los que se ha anulado el circuito que les impedía atacar a los humanos. Stel descubre que el posible asesino aparece de espaldas en un fragmento de película donde aparece golpeando a una mujer. El asesino hará todo lo posible para que todas las personas relacionadas con esa filmación desaparezcan.
Al final, Stel interroga a la mismísima Máquina sobre su misión y ésta le aconseja que los humanos nunca se dejen dominar por las máquinas, como hasta ahora.
Esto llevará a Stel a atar cabos y a descubrir que el culpable es alguien más poderoso y con unos planes muchos más peligrosos de lo que se había imaginado hasta el momento.
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